Hermes y Tiresias. Fábulas de Esopo con moraleja

Fábula: Hermes y Tiresias

Para comprobar el don de adivinar que tenía Tiresias, el dios Hermes robo los bueyes del adivinador que estaban pastando en el campo, luego tomo la figura de un mortal y se fue a la ciudad para entrar en la casa donde estaba Tiresias.

Cuando el adivinador Tiresias se enteró de la perdida de sus yuntas, este se trasladó a las afueras de la ciudad junto con Hermes que tenía la forma de un mortal, para observar el vuelo de los pájaros, le pidió a Hermes que le dijera el ave que apareciese.

A lo que Hermes comenzó a informarle de las aves que pasaban volando por ahí, primero vio un águila y se lo informo a Tiresias, este contesto diciendo que no le importaba.

Después vio una corneja que estaba encaramada a un árbol, que alzaba los ojos al cielo, y que luego los inclinaba hacia la Tierra, y así se lo dijo. Entonces el adivino contestó:

Esa corneja jura por el cielo y por la tierra que depende de ti de que vuelve a encontrar mis bueyes.

Fábula de Esopo

Moraleja de la fábula

La moraleja de esta fábula de Esopo sobre Hermes y Tiresias, dice que el ladrón siempre le gusta volver a visitar el lugar de su robo.

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