Fábula el deudor ateniense
Un ciudadano ateniense estaba muy endeudado, apremiado (Incitar a alguien a que haga algo con rapidez) por el acreedor para que le pagara la deuda, el deudor ateniense le suplico a su acreedor para que le diera un poco más de tiempo, con el pretexto que se encontraba en problemas; el acreedor inflexible ante los ruegos del deudor, no le concedió más tiempo, entonces el ateniense trajo la única marrana que poseía en esos momentos, para venderla en presencia del acreedor.
Un posible comprador pregunto por la marrana si esta era fecunda, a lo que el deudor respondió:
Es tan fecunda, como extraordinaria que en los Misterios pare y en las Anateneas pare machos.
El comprador quedo muy asombrado por lo que oyó, pero el deudor le exclamó:
¡No te asombres tanto aún, porque esta marrana, además de lo que te dije, también te dará cabritos en las Dionisíacas!
Moraleja de la fábula
Esta fábula de esopo nos recuerda que la desesperación es causa de muchas mentiras.