Fábula: la oveja y el ciervo
Un celemín de trigo
pidió a la oveja el ciervo y le decía:
– Si es que usted de mi paga desconfía,
a presentar me obligo
un fiador desde luego
que no dará lugar a tener queja.
– ¿Y quién es ése? -pregunto la oveja.
– Es un lobo abonado, llano y lego.
– ¿Un lobo? ¡Y! Mas hallo un embarazo:
si no tenéis más fincas que él sus dientes
y tú los pies para escapar valientes,
¿A quién acudiré, cumplido el plazo?
Moraleja de la fábula: la oveja y el ciervo
La moraleja de la fábula
Si quién es el que pide y sus fiadores
antes de dar prestado se examinan,
será menor, sin otra medicina
la peste de los malos pagadores.